Hace poco tiempo me dispuse a realizar una sesión de un par de noches en el embalse de Orellana, un embalse emblemático que esconde auténticos tesoros en sus aguas pero que de unos años hasta los tiempos ha sufrido una grandísima presión de pesca esto nos ha llevado a cambiar nuestros métodos de pesca y a innovar para conseguir engañar a los ejemplares más recelosos.
Hace poco tiempo me dispuse a realizar una sesión de un par de noches en el embalse de Orellana, un embalse emblemático que esconde auténticos tesoros en sus aguas pero que de unos años hasta los tiempos ha sufrido una grandísima presión de pesca esto nos ha llevado a cambiar nuestros métodos de pesca y a innovar para conseguir engañar a los ejemplares más recelosos.
Al llegar escogimos una zona bastante somera con varias aglomeraciones de algas y que a medida que avanza a pantano abierto iba cogiendo profundidad hasta estabilizarse sobre los 8 metros de profundidad.
Una vez preparado todo el equipo y de divisar algo de actividad me dispuse a soltar las posturas, para esta época del año siempre apuesto lo mismo mientras que los cangrejos me lo permiten y es un montaje combi rig con un snowman de green mulberry de Massive Baits cebando con algunas boas troceadas y algo de grano.
Para esta época del año siempre apuesto lo mismo cebo simple
Para la primera jornada coloque las 3 cañas entre los 3-4 metros de profundidad justo donde acaba la primera línea de algas y donde habíamos observado algo de actividad.
El día transcurrió tranquilo como es habitual en este embalse pero en el momento que cayó la noche comenzó la actividad la primera picada se sucedió a las 23:00 h y tras una pequeña pelea desde la barca conseguimos un bonito macho que rondaba los 10 kg de peso un buen comienzo y con toda la noche por delante una vez colocada de nuevo la postura era hora de irse a dormir. Durante la noche tuve 2 picadas otro bonito macho algo menor al anterior y la tercera aunque parecía de mayor porte no conseguí llevarla a la moqueta ya que acabo des anzuelándose entre un mar de algas.
Después de una buena pelea conseguí ensamblar una bonita común
Aunque la primera noche transcurrió con diversas picadas no era el tamaño que buscaba así que para el segundo día decidí cambiar de estrategia para intentar engañar algún pez de mayor tamaño. Esta vez opté por encolar bastante más la cañas y buscar los pequeños claros entre las nubes de algas todas las posturas las coloqué entre los 1,5-2 metros de profundidad muy cercanas a las orillas así que era hora de relajarse y esperar la noche ya que durante el día y más a esas profundidades era muy difícil tener resultados. Me metí en el bivvy en el momento que oscureció para evitar ruidos y que los peces entraran a alimentarse con tranquilidad y no llegué ni a cerrar los ojos cuando la caña de izquierda tuvo una fuerte arrancada totalmente diferente a las de las noches anteriores sin perder ni un segunda agarre la caña y sali en busca del pez con la barca sabiendo que con tanta algas pelearla desde orilla no era buena idea. Después de una buena pelea conseguí ensamblar una bonita común con un peso de 17,300 kg esto ya si se era lo que íbamos buscando. Aún era temprano y teníamos toda la noche por delante así que volví a preparar un nuevo bajo y coloqué la postura en el mismo lugar.
Ya durmiendo después de que la noche anterior fuera movidita sobre las 3:00 h de la mañana tuve una nueva arrancada en la misma caña que la vez anterior de nuevo hice la misma maniobra caña en mano y con la barca en busca de ella, pero una vez sacada de las algas y ya peleando el pez en una zona limpia me dí cuenta de que se trataba un pez de mayor porte ya que no conseguía subirla a superficie, en estos son lo más cruciales y más difíciles ya que en cuando más hay que mantener la calma y no cometer errores, tras unos minutos de pelea una gran común se dejó ver. Era una bonita común sana y fuerte que sobrepasaba los que 20 kg de peso una auténtica maravilla de este gran embalse.
Después de la alegría y el subidón
Tras meter el pez en el saco volví a acostarme con relajación de haber obtenido los resultados y esperando el amanecer para realizar las correspondientes fotos pero cual fue mi sorpresa cuando justo al meterme en la bedchair se volvió a arrancar una caña esta vez la de la derecha, de nuevo el mismo procedimiento y sin perder un segundo salé en busca de esta. Fue una gran pelea teniendo que sacar hasta en tres ocasiones de la manchas de algas hasta que finalmente conseguí verla en superior esta vez si me temblaron las piernas una gran royal estaba al otro lado de la línea los que pescan este embalse saben de la dificultad de conseguir una royal en estas aguas.
Una sesión en una buena compañía y con grandes resultados
Finalmente conseguí meterla en la sacadera la alegría se apoderó de mí a veces el trabajo y el esfuerzo se ven recompensado. Una vez en la orilla la alegría fue mayor cuando al pesarla volvía a sobrepasar los 20 kg de peso, tres peces de este tamaño en una noche y con una royal ocurre en muy pocas ocasiones. El resto de noche transcurrió tranquila y a primera hora de la mañana llegó el momento de fotografiarse con estos magníficos ejemplares y tras curarlos devolverlos de nuevo. Una sesión increíble con mis amigos y con grandes resultados, ojalá todas fueran así, así es Orellana …